Al despuntar el alba, alegre como una reina
bella perdiz dorada..
con tu cante madrugador, pones en marcha tu camada,
y como toda madre generosa los escondes de las águilas...
Caminas orgullosa entre los pastizales,
buscando el mejor bocado para tus poyuelos,
sarta montes, orugas, hormigas y moras de los morales,
mientras un grillo y una cigarra van alegrando la tarde...
Tus ojos vivos y alegres, que vigilan como nadie,
están pendientes del cielo y vigilando a sus hijos,
como toda buena madre..
dándole protección y apoyo, para que no los robe nadie...
En las tardes de verano, cuando hasta las piedras arden..
le buscas agua y sombra, en unos frescos manantiales,
mientras unos juegan y otros duermen,
tú le das lecciones de la vida, como te las dio tu madre...
Que no confíen en el hombre y ni siquiera en su padre..
una rica y generosa tierra, aquí vivieron sus padres!
en estas agrestes montañas,
rodeadas de fértiles valles...
Hola mi querido amigo, estuve de visita por tu sitio, encantador como tú. Que Dios te bendiga como tu fresca y bella poesía. UN BESO.
ResponderEliminarGracias amiga Raquel eres muy amable al venir por mi casa que es la tulla, y comentar mis escritos. De verdad que me siento muy alagado por ello, yo como siempre seguiré visitando tus poemas, pues me encantan y quizás algún día vuelva a escribir en ese sitio otra vez, pero por ahora no. Un beso querida amiga.
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