En estas tardes de lluvia fría y serena,
me viene tu memoria !padre¡
cuando de niño me dabas el pan de tu merienda,
que te quitabas aquella humilde chaqueta y con ella me abrigabas..
mientras la implacable lluvia, poco a poco tus huesos los calaba...
Sufrías junto a mi madre, en silencio y con resignación,
las injusticias del hombre de aquellos tiempos tan negros..
la miseria y la esclavitud, que sin piedad imponían
aquellos malvados gobiernos!!
Recuerdo con amargura y rabia, las noches largas
de aquellos fríos inviernos..
cuando de zagal, dormíamos mis hermanitos y yo,
sobre la tierra dura y por techo teníamos las estrellas y el cielo...
Cuando tú, sufrido !padre mío¡ !tú hombre formal, trabajador,
honrado y bueno¡¡
te aguantabas las viles humillaciones de los energúmenos aquellos..
que tú para que no nos faltara un mendrugo de pan,
te lo callabas con resignación y te lo sufrías en silencio...
Yo hoy cuando han pasado aquellos negros años
y cuando ya no tiene remedio,
quiero homenajearte con lo único que tengo..
de mi pluma y mi corazón, sale este humilde poema,
para que lo recibas en el cielo¡¡.
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