Un bosque de cuchillos rodean a estos jinetes
es la envidia y la sin razón quizás la patria del fuego
la que lleva en sus brazos yertos..
a la novia blanca de la muerte.
Como ciertos atardeceres en la cima de la montaña;
se crea un muro inexpugnable..
entre estos rudos hombres y una parte de la sociedad;
los pájaros siempre son una despedida silente y pálida.
Estos hombres que por las circunstancias de su destino;
crece un muro intencionado con la lumbre del abandono;
con las palabras hechas con hiel y fango que los envuelve..
_tinta de su propia sangre y de las piedras_.
Cabalgan de noche cuando la oscuridad
los ampara y los protege de las miradas no deseadas..
con sus manos alerta siempre pegadas a sus trabucos o navajas;
desata asombro la crueldad de este panorama.
El peligro siempre acecha en el aire..
extendiendo sus garras de tigre hambriento;
desde el ocaso hasta el alba..
al amanecer se oye por la serranía el canto triste de una muchacha.
Hace mucho tiempo ya que renunciaron a vivir como humanos..
tienen tierra y sangre hasta lo más recóndito de su ser;
duermen como los pájaros de la noche;
con un ojo cerrado y el otro abierto..¡y le dicen bandoleros..!!
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