En el malecón de Santo Domingo
frente a este Caribe viejo y sabio
que tantas historias viejas y recientes
tiene gravadas en el azul de sus bravas aguas
-algunas jamás contadas-.
De bucaneros, piratas, hidalgos españoles
y muy distintas damas que vinieron
en veleros y antiguos galeones
de la variopinta y lejana España.
En la ciudad colonial de antigua y de valerosas estampa;
hay multitud de enmohecidas estatuas,
de hidalgos, guerreros, monjes famosos
y algunas bellas y extraordinarias damas.
¡Ay! quien no se para allí a recrearse
en tan hermosa estampa, quizás sombría,
perdida en la rizada gola,
erguida, con la mirada
severa, perdida en la distancia.
Quizás en los jardines de un rincón bello
de su Andalucía bella y adorada.
Pero que aún le queda el germen
de lealtad y melancolía hacia la vieja patria;
¡yo creo que no! ni sombra le a quedado
de lo que se perdió en aquellos horizontes lejanos.
Ahora sólo tiene la admiración o el desdeño
de algún turista distraído o, despistado
que le cuenta un guia
que se sabe de carretilla la historia de aquel pasado
turbulento.. pero por suerte ya muy lejano...!!
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