Caudaloso y fresco río
que riegas con tus abundantes aguas
las huertas de naranjos de mi tierra;
que feliz era cuando vivía en tu rivera...
En mis largas noches de insomnio y desvarío
me parece que estoy viendo tus salinas y ventas nuevas;
tus almendros y higueras
y tu vega de la llave cubierta por el rocío...
Quien estuviera en aquella casita con su fachada encalada;
entre olivares dormida;
donde pase mi juventud, en la ladera colgada..
donde creció mi amor de niño, como ave en la enramada...
Pero que lejos has quedado.. alma mía;
sobre la orilla del río ¡ay! de mi morada,
¿Cuando podre verte de nuevo? ¡ay! vida mía...!
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