Para qué hablar del niño taino que rebusca en la basura,
del vocero que limpia los zapatos..
o, del tambor qué repica un perico ripiado...
A qué nombrar las aguas turbias
en la desembocadura del Osama;
fiel reflejo de las hojas.. cuna de las iguanas..
fuente de riqueza que otros aprovechan...
Si algún día se transformara en azucena esta boca mía;
mi voz serena y clara en canto de perdiz..
y de ella saliera y dijera lo que piensa...
Mi mano habría de ser un relámpago escribiendo;
mil loros seria mi cerebro dictándole a mi pluma..
millones de injusticias y abusos injustificables....
Pero no hacemos nada..sólo este silencio cobarde..
¿Para qué hablar tanto si no nos oye nadie?
que se calle y llore en silencio este corazón mío..
que se vuelvan y miren al mango dorado,
estos ojos dolidos y atribulados;
que se ahogue en mi pecho este llanto..
hasta que se vuelva tierra..hojas que se lleva el viento....!
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