Hay tantas cosas que no se pueden demostrar
con palabras y con escritos..
son el olor y los sonidos,
también los versos tienen su propio aroma...
Nunca podrás demostrar el exquisito olor
que percibe un recién nacido de su madre,
para identificarla hasta el infinito...
Quizás tampoco un catador de olores
sepa captar el olor que deja la lluvia sobre la tierra mojada..
tampoco podemos plasmar sobre una hoja de papel en blanco
el matiz que se respira una fresca mañana de primavera..
cuando nuestros ojos se llenan
de esas flores tan hermosas cargadas de rocío...
Lo inexplicable de un aura alborea que se desprende
en una mañana otoñal y con la lluvia..
y la clave del enigma de una orquídea blanca;
el olor de tu sangre cuando navega por tus venas..
el que emanan cuando caminan por tu lado la mujer caribeñas...
El olor inconfundible que quedó en mi,
de ese país tan querido y tan lejano para mi..
ese aroma a aceite de oliva
y a pan tierno recién horneado..
Esa ultima puesta de sol de mi tierra,
que quedó tatuada en la retina de mis ojos,
hasta la noche de los tiempos...
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