Cuando regresamos del campo, por los algarrobales,
-fresco follaje que nos refrescaba, tocaba el cielo-
antes que llegásemos nuestra casa,
pasábamos, silentes por mi pueblo.
Para mi mi pueblo es el espejo donde se peina la luna,
-manso, fino, dormido en la floresta-
desde el "Algarin" siempre me recree en la belleza de mi pueblo,
mientras el "Algarin" me sentaba en los brazos de la luna.
Perfectamente yo podría decir
que de niño siempre me gusto subir a esta cima..
que quizás de ahí me viene esta locura
de hacer poemas a mi pueblo y a la luna..!
O, de aquellos duendes que una serena tarde
-me dijeron bajito en el oído-
que como las naranjas salen de la huerta
así saldrían de mi pluma para ti mis poemas.
De niño siempre sentí predilección por esta sierra,
siempre soñé que aquí estaban las musas
que me inspirarían para hacer poemas,
¡ahora que ya lo sé, que no se me nuble el horizonte !!.
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