Cada noche toco con mis ávidas manos ese cuerpo de guitarra..
ese cuerpo de mujer que emerge de la tierra;
generosa y cálida..como cenicienta encantada..
te beso como el príncipe que sale del cuento..
y te dejo que duermas dulcemente sobre mi pecho...
Que luego cuando despiertes de ese mágico sueño,
veas con admiración en lo que se convirtió tu cuerpo..
salido de un tronco virgen..no sé si de un roble o, un almendro...
Tu cabeza de sevillana con peineta;
tus caderas y tu cintura..una guitarra flamenca..
y tu vientre generoso de mujer..
convertido en un acuario..o, una bella pecera...
Todos te miramos con devoción entre el cielo y la tierra..
los pájaros miran tu boca entreabierta
las mujeres ese porte de maceta..
y tú tierna y trémula, como una sonata de beethoven..
yo desde mi atalaya..ávido absorbo tu ternura y tu belleza...
Acaricio con mis dedos la impalpable brisa caribeña..
que se desliza con ternura, sobre un cafetal o, un mango..
me siento y divago: que poca cosa hace falta algunas veces!
para sentirnos felices y dichosos...
Una sonrisa, una flor, una mano que te acaricia,
en esta plácida tarde de carne morena..
que es como salida de las mil y una noche..
esta tarde de esplendida primavera!!.
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